Table of Contents
Introducción: No estás solo en esto
Si sufres de hinchazón, dolor abdominal, cambios inesperados en el baño o esa sensación constante de “¿por qué mi intestino funciona así?”, no estás solo. Muchas personas pasan meses o incluso años buscando respuestas sin obtener un diagnóstico claro, sintiéndose frustradas y sin apoyo.
Dos de las causas más frecuentes detrás de los síntomas digestivos crónicos son el SII (Síndrome de Intestino Irritable) y el SIBO (Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado). Como ambos presentan señales muy parecidas, no siempre es fácil distinguirlos.
En este artículo descubrirás:
- La diferencia entre SIBO y SII en cuanto a síntomas.
- Cómo obtener un diagnóstico más preciso.
- Opciones de tratamiento disponibles.
- Y cómo empezar a sentirte mejor paso a paso.
¿Qué son el SII y el SIBO?
¿Qué es el SII (Síndrome de Intestino Irritable)?
El SII es un trastorno funcional del intestino. Es decir, los estudios y pruebas suelen mostrar que el sistema digestivo luce normal, pero no funciona correctamente.
Los síntomas más comunes incluyen:
- Hinchazón
- Gases
- Dolor o calambres abdominales
- Diarrea, estreñimiento o una combinación de ambos
El SII es una condición crónica. Aunque sus causas no están del todo claras, factores como el estrés, la alimentación, la conexión intestino-cerebro y la microbiota juegan un papel importante.
A diferencia de otras enfermedades, el SII no daña el intestino, pero puede impactar mucho en la calidad de vida.
¿Qué es el SIBO (Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado)?
El SIBO ocurre cuando un exceso de bacterias empieza a crecer en el intestino delgado, un lugar donde normalmente no deberían estar.
Esto provoca que los alimentos, especialmente los carbohidratos, se fermenten antes de tiempo, generando:
- Exceso de gases
- Hinchazón que empeora a lo largo del día
- Diarrea o estreñimiento
- Deficiencias nutricionales
- Fatiga o niebla mental (brain fog)
El SIBO se considera una condición específica, con una causa clara (el sobrecrecimiento bacteriano) y se diagnostica generalmente con un test de aliento.
Diferencia entre SIBO y SII: síntomas clave
La confusión aparece porque SIBO y SII comparten varios síntomas, lo que hace que muchas personas reciban diagnósticos erróneos o tarden en encontrar la raíz del problema.
Síntomas comunes en ambos
Tanto el SIBO como el SII pueden provocar:
- Hinchazón
- Molestias abdominales
- Alteraciones en el ritmo intestinal (diarrea, estreñimiento o ambos)
- Gases
- Retortijones
Síntomas que sugieren SIBO
Es más probable que se trate de SIBO si presentas:
- Hinchazón que aumenta a lo largo del día y empeora después de las comidas.
- Sensación de saciedad muy rápida, incluso con comidas pequeñas.
- Deficiencias de nutrientes como vitamina B12 o hierro.
- Gases o heces con mal olor.
- Antecedentes de intoxicación alimentaria, cirugías abdominales o problemas de motilidad intestinal.
- Fatiga o confusión mental tras comer.
- Has probado dietas típicas para SII, como la baja en FODMAPs, pero no sientes mejoras.
Síntomas que sugieren SII
El cuadro se inclina más hacia SII cuando:
- Los síntomas aparecieron después de un evento de estrés intenso o un periodo emocional complicado.
- El dolor mejora después de ir al baño.
- La hinchazón es más leve y no cambia tanto durante el día.
- No hay deficiencias nutricionales.
- Los antibióticos o hierbas antimicrobianas no generan cambios.
- Los análisis y pruebas salen “normales”.
Diagnóstico: cómo saber qué tienes realmente
Para entender si tus síntomas corresponden a SIBO o SII, es importante llevar un seguimiento y pedir las pruebas adecuadas.
Diario de síntomas
Registrar lo que comes, cómo te sientes, tu estado de ánimo y hábitos intestinales puede ser clave para detectar patrones.
Pruebas médicas
- SIBO: suele confirmarse con un test de aliento (lactulosa o glucosa), además de análisis de nutrientes y pruebas de heces.
- SII: se diagnostica descartando otras condiciones, usando criterios como los Roma IV.
Importante: algunas personas diagnosticadas con SII tienen en realidad un SIBO de base.
Tratamientos: opciones para cada caso
Tratamiento del SIBO
Suele abordarse con:
- Antibióticos o antimicrobianos herbales.
- Dieta baja en FODMAPs o baja en fermentación (temporal).
- Tratamiento de causas subyacentes como la motilidad intestinal.
- Uso estratégico de probióticos.
- Suplementos de apoyo digestivo.
Manejo del SII
El enfoque en SII es más a largo plazo y combina:
- Dieta baja en FODMAPs personalizada.
- Reducción de estrés (yoga, meditación, respiración).
- Ejercicio suave.
- Higiene del sueño.
- Identificación de sensibilidades alimentarias.
- Terapias enfocadas en la conexión intestino-cerebro, como la hipnoterapia dirigida al intestino.
Conclusión: no estás solo, y sí hay soluciones
Si te has sentido confundido o poco escuchado, recuerda: lo que sientes es real.
Ya sea que tengas SIBO, SII o una combinación de ambos, existen caminos para mejorar tu salud intestinal. La clave está en escuchar a tu cuerpo, buscar un diagnóstico adecuado y apoyarte en profesionales que entiendan tu situación.
Con acompañamiento, paciencia y estrategias adecuadas, es posible recuperar el equilibrio y volver a sentirte bien con tu digestión.